El sueño de oro
Berta es una mujer trabajadora, que ha enfrentado con valor y optimismo situaciones difíciles en su vida. Empezó vendiendo arepas en un puesto callejero, ahora maneja dos locales en Medellín. Las recetas de sus arepas rellenas son variadas y muy apetecidas por sus clientes. Con Arepas Salcory sacó a sus hijos adelante, y fue inspiración para que sus sobrinas incursionaran en la comercialización de este producto.
“LAS AREPAS CAMBIAN VIDAS”
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El sueño de oro
Berta es una mujer trabajadora, que ha enfrentado con valor y optimismo situaciones difíciles en su vida. Empezó vendiendo arepas en un puesto callejero, ahora maneja dos locales en Medellín. Las recetas de sus arepas rellenas son variadas y muy apetecidas por sus clientes. Con Arepas Salcory sacó a sus hijos adelante, y fue inspiración para que sus sobrinas incursionaran en la comercialización de este producto.
Arepas Salcory
Arepas Salcory


01_Arepas Salcory

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Berta Pérez nació en Tarazá (Antioquia). Muchas personas consideran que es originaria de la Costa Atlántica, por sus facciones y la forma franca y abierta de hablar. Es una mujer a la que le gusta enfrentar los desafíos que le presenta la vida. Ha vivido el desplazamiento causado por la violencia, que azota desde hace varios años al país.
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En Tarazá, la minería de oro es la actividad principal y Berta se dedicaba a ese oficio: “Nosotros, los más pobres, pues éramos, como decimos en el dialecto de allá, barequeros, entonces sacábamos oro con batea. De niña, mi mamá me enseñó ese arte de salir a barequear con ella, trabajar con ella la minería, y con eso salíamos y manteníamos a la familia, y todo, anteriormente los hijos trabajábamos parejo con los papás. Estudiábamos, pero también trabajábamos”. No solo aprendió de su madre la explotación del oro, sino también la preparación de arepas. Desde niña ensayaba diferentes recetas, según las posibilidades de la familia para conseguir los ingredientes.
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El desplazamiento forzado por la violencia se presentó en su vida y en la de su familia. A la edad de 11 años migra de su población de origen a San Roque (Segovia). Ocho años después, sale de allí para fijar su lugar de residencia en Medellín. En esta ciudad, encontró el amor y se embarcó en la preparación y venta de arepas. Empezó con una parrilla pequeña, un fogón y una ollita, ubicados en el andén del negocio de un amigo.
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Después de unos años, puso la venta de arepas en el frente de la casa, propiedad de su ex esposo. Luego, consiguió en arriendo el local en el que se encuentra hoy. En estas instalaciones, las ventas aumentaron, se hizo famosa por sus deliciosas arepas rellenas y les proporcionó trabajo a sus dos hijos mayores.
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Berta piensa que al negocio de las arepas le ha luchado mucho durante buena parte de su vida. Ha tenido que lidiar con empleados que no llegan a sus turnos o se lesionan, robos de materias primas y la grosería de los clientes. Otra batalla que está librando, es con los trámites de expedición del permiso de funcionamiento por parte de INVIMA, ya que ha pagado y gestionado varios trámites pero no ha recibido respuesta.
También considera que el éxito de su negocio se ha centrado en la innovación de las recetas para las arepas rellenas. Las favoritas de sus clientes son las de chicharrón, mozarella y madurito; la de pollo con carne y la Especial, que viene rellena con todo. Ahora ensaya unas preparaciones con camarones, que han gustado mucho a las personas que las han probado. Tal como ella lo dice: “Me pongo a inventar arepas y me salen unas cosas buenas… porque es bueno como uno ir innovando, renovando, haciendo, todo eso. Entonces eso vamos a tratar, a ver, si metemos otra arepita, otras dos arepas que sean de la casa. Un invento mío, de un trabajador, de mi hija, de cualquiera, pero bueno… trato de meter algo nuevo este año”.
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